Uno de los principales objetivos de la Terapia Ocupacional (TO) es
conseguir que el niño o la niña sea independiente para realizar las
actividades básicas de la vida diaria, siempre, acordes a su edad. 

Las actividades básicas de la vida diaria (ABVDs) también llamadas de
autocuidado están orientadas al cuidado del propio cuerpo y se realizan de
forma cotidiana. Estas actividades engloban: la alimentación, el vestido,
aseo e higiene personal, la movilidad funcional, el baño o la ducha y el
control de esfí­nteres.

Un niño que es autónomo para las actividades anteriores, también lo es para
el aprendizaje, para relacionarse con otros niños y en general, para
resolver problemas cotidianos con los que puede enfrentarse. Además, otros
dos beneficios de tener niños autónomos son la capacidad de superación y la
autoestima.

Para un niño con diversidad funcional, estas tareas pueden resultar más
complicadas. Se puede ver afectada la planificación y ejecución de acciones
determinadas, la coordinación, la motricidad gruesa o la motricidad fina.
Estos son los aspectos que influyen en la autonomía personal del niño y son
aquellos que se trabajan en las sesiones de Terapia Ocupacional.

Por ejemplo, para que un niño realice el cepillado de dientes de forma
autónoma, se requiere adoptar un buen posicionamiento del cuerpo y de los
miembros superiores, tiene que realizar pinzas digitales con una correcta
manipulación de los utensilios a utilizar, usando en todo momento una
fuerza adecuada, además de coordinar bien los movimientos y desarrollar una
planificación de los pasos a seguir en un orden adecuado.

En el taller de este mes, trabajaremos actividades interactivas que
fomenten el desarrollo de la autonomí­a en los niños, y que ayudaría a
fortalecer las habilidades necesarias para empezar a ser autónomos.